La Expo se cubrió y contagió de los ritmos de Delirios de Medea.
Cuarenta y cinco minutos intensos de música, cargados con un ambiente robosante de gente y tapas varias.
Lisbo se encargó de dar la nota por su enérgica forma de tocar, eso hizo que el concierto fuera más emotivo.
El grupo se sintió a gusto encima de las tablas, sobre todo con sus temas nuevos, que no dejaron indiferente a nadie: la rockera "El escondite", aires de Coldplay y The Killers con " Viento del Sur" y la frescura de "Noche de viernes".
Gracias una vez más a los que de propio se acercaron a vernos.
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